Harta de esta vida. Harta de vivir y de sentir. Harta de todo lo que se hace, se mira, se observa, se besa, se bebe, se ve, se habla, se toca, se vive. Harta, harta, harta. Cansancio y soledad. Cinismo. Desilusión. Soñando y sintiendo que todo no tiene sentido. Todo lo que duele y escuece, todo lo que golpea mis pensamientos, todo lo que los acaricia y los manipula. Harta. Depender de la idea e imagen de alguien, mala decisión, mala elección, triste situación. El momento en el que me doy cuenta de la realidad es cuando menos consigo moverme, reaccionar, actuar. Será como Montale que es consciente de la imposibilidad de una vida agradable. No hay forma de superar los límites de la tristeza, por eso hay que observar la vida, el mundo, la gente pasar y seguir observando tal tristeza, tal realidad. Pero no soy Montale, no soy ningún artista bohemio o romántico que es capaz de vivir viendo tal horror. Yo deseo, yo aún sueño, cada vez por desgracia con menos facilidad, sueño un futuro, un
"Ma sarà troppo tardi; ed io me n'andrò zitto tra gli uomini che non si voltano, col mio segreto" - Eugenio Montale