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Mostrando entradas de julio, 2013

Bomba: cuenta atrás.

Cuando te das cuenta de esa realidad, de ese deseo, de esa esperanza. Querer y darte cuenta de que no vives donde debes, de que tu mente y tu estpíritu son almas pertenecientes a otro mundo, a otra ciudad, a otro mundo y ambiente. De que tus palabras y tus ilusiones son las de una época pasada, olvidada y desaparecida. Te preguntas ¿por qué estoy aquí y no ahí? ¿Por qué tengo que leer e imaginarme cosas que podría y debería estar viviendo? No quiero leer las experiencias de otros, quiero que sean las mías, no quiero llamar la atención por mis gustos anticuados o ya "fuera de uso" en esta época insesible y mecánica, dependiente de unos valores económicos y materiales. Ser romántico es aburrido, esperar una carta es aburrido, soñar es aburrido. NO. Estoy harta de que la gente vaya corriendo por las calles estresada, o que vaya cabizbaja y perdida, sin saber a dónde va. No hablo de la gente, poca, casi nadie, que decide ir perdida, que decide en ese preciso insante no pens

Principessa

Encontrándome, con la mirada cansada, ante el perfume de tu sien, sintiendo tus cadenas desgastadas entre miradas desesperadas. Deseábamos chocar, entre ladridos infinitos, petrificados. Sonrisas devoradas entre secretos pasados, inviernos suspirando palabras de sinceridad. Fugaz el silencio que nos unió, en un abrazo ebrio al atardecer, fugaz el momento que nos desgarró, en un llanto sin aparecer, fugaz, fugaces las pupilas penetrantes, fugaz, feliz fue todo un encuentro. Lo que dura una sonrisa, en ella nacimos en pie, divisando la melancolía inexistente, inalcanzable, inevitable. Simplemente siempre será superior ser sinceros sin ser severos, sentir sed sin sentir satisfacción, ese es, sin saberse, su solución. ©  Maria Nefeli Panetsos

Atenas Julio

Y de repente esas 4 semanas se resolvieron en 4 días, una por uno, el tiempo había pasado y cada minuto se volvía más largo y pausado. Esperaban viajar sintiendo el pasar del tiempo, sin prisas, sin temor. Esperaban.

Tal vez

Rosas blancas y olor a jazmín, cada latido robas el carmín, de mis labios sellados con un fin, latiendo despacio pausadamente, deslizas tu lengua sintiendo lo que se siente, mis labios sellados suspiran de repente, tu nombre, mis suspiros besa, esencial esencia, sustancia de mis caricias, arranca de mi vida y regresa, flotan y discurren tus delicias, en mí. ©  Maria Nefeli Panetsos