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Mostrando entradas de julio, 2014

Descubrimientos casuales

Como adoro, me encanta, me fascina el descubrir similitudes y comparar entre ellas canciones y obras musicales. Me encanta descubrir ese secreto que hace que algo sea genial, grandioso, o terriblemente penoso. Detalles, observación y ganas, muchas ganas de encontrarle el error o peculiaridad a las cosas me han hecho "descubrir" casualmente similitudes, sobretodo en la música. Tal fascinación me hizo hoy una muy agradable sorpresa: estudiando y escuchando una de las obras que adoro de Chopin "Tristesse" (o Etude no.3 en E mayor, Op. 10 para los perfeccionistas y amantes de la precisión y que no, no lo recuerdo nunca de memoria, con la Tristeza me basta) de repente sin darme cuenta empecé a tararear una melodía. Siguiendo el hilo me sorprendí cantando otra canción, siguiendo y terminando el trozo con un tango. Sí, un tango. Chopin y el tango. Para asegurarme puse unas cinco o seis veces, no las conté pero supongo que fueron tantas, o más, el trozo que me abrió-en

Plotino

Persona humana y que haya existido que diga: "Cuando un ente llega al nivel de su máxima completitud, entonces deja que fluya desde su interior y se expanda, se disperse hacia fuera en la atmósfera un algo que siempre está unido a él y es la simple imagen-proyección de la fuerza que guarda dentro, en él (como la luz, los rayos del sol son para el sol mismo o el calor para el fuego, son proyecciones de la fuerza interior de cada ser)". Simplemente es bello. El Uno, el Ser y el Alma.