Ir al contenido principal

Realidad

Porque entiendo, porque no olvido, porque amé y porque te quiero.
Ni una sola lágrima he derramado hoy por tristeza, todo fue fruto de un amor, de una pasión que me hizo crecer, vivir, despertar y llegar a lo nunca vivido.
Mariposas, sentimientos y todo, todo, todo.
Todo contigo, nada pudo escapar. No se borra, no se elimina, no olvido, imposible de olvidar.
Mi corazón al pensar en ti empieza a buscar formas de salir del pecho, quiere ir hacia ti, hacia tus brazos, hacia tu corazón, te busca pero lo callo, intento que no piense en ti, así consigo tranquilizarlo y dejarlo descansar.
Una palabra, una canción, una calle, un sonido, un nombre, un sabor... Mi corazón despierta y me grita, intenta convencerme, se queja de que no le hago caso.
Mi mente poco a poco se tiene más cansada, piensa y piensa, la memoria nunca estuvo tanto tiempo funcionando. Han decidido todos ir en mi contra, funcionando continuamente, día y noche, consciente e inconscientemente.
Mis nervios por todo el cuerpo están comunicados, si mi corazón siente, tiene ganas de explotar, mi mente empezará a recordar, mis ojos se humedecerán y mi piel querrá arañarme.
Me gritan, me chillan, intentan llamar mi atención, mis manos no paran, corren, los dedos se mueven sin cesar, tienen que escribir, tienen que moverse, tienen que crear algo, expresar lo que el corazón con sus chillantes latidos intenta comunicarme.
Cada milímetro de mi piel, de mi cuerpo, cada poro, cada parte, órgano, músculo de mi cuerpo prepara su revolución, su manifestación, su grito.
Todo lo bueno y todo lo malo, siempre ha sido muy bueno y muy malo, lo curioso de todo es que no me arrepiento de nada, no me siento mal por haber soñado y por haber sufrido, al contrario, en el fondo cuando pienso la profundidad de lo que he llegado a sentir me sale una sonrisa, me alegra, me emociona.
Pensar en que de todas las formas posibles me hizo sentir de todo, me hizo vivirlo todo, me hizo vivir, sentir que todos mis sentidos existían y funcionaban como nunca lo habían hecho. Este pensamiento me excita, me emociona, ma ilumina los ojos.
No, no fue decisión del corazón, ni de la memoria, ni de los dedos, ni de mis sueños. No, no fui yo quien decidió calmar y callar mi cuerpo y mi ser, no fui yo. Fuiste tú, fueron tus miedos, tus inseguridades, tus barreras, tus sentimientos.
No puedo, no puedo olvidar, no puedo y no quiero odiar, solo te quiero y todo, todo, todo lo confirma. Eres parte de mi ser, lo fuiste, lo eres y lo serás. Mi corazón gruñón me lo recuerda cada día, aquí, dentro de mi pecho, aquí, detrás de mis ojos, aquí, entre mis dedos...
Lo que sale en estos momentos en palabras es simplemente una infinidad de pensamientos y emociones, exprimidas en lineas y letras, en espacios y palabras. Son las sombras, las sobras, las huellas de todo un mundo, de todo un universo: el tuyo.
Yo sé quién eres, sabes quien soy, una realidad nos une y ese hilo rojo que nadie ni nada podrá cortar, ni tú, ni yo, ni nadie.

Y no puedo parar, no quiero, mi sangre circula por mi cuerpo, llega a mi mente, a mis dedos y activa el movimiento, la sensación, tu sensación. Por un momento, entre estas líneas me siento como entonces, estás aquí, estoy ahí, estamos. Entre estas palabras estás tú y estoy yo, escribiéndolas. Escribo porque recuerdo, porque quiero vivirte, quiero expresarte, quiero analizarte.
Eres estas palabras, eres los pensamientos que las activan, eres mis dedos hablando. Eres tú quien recorre mi mente y mis palabras.
No soy yo, no es un texto, no es algo, un objeto, eres tú, eres mi tú y por un momento he vuelto a estar contigo.

Este momento es mío y me lo estás dando tú, es un momento nuestro y nadie nunca podrá vivirlo, sólo yo, tú ya no. Gracias.