Cuando eres feliz sin saber el por qué, sin tener que pensar en otra cosa que no sea la persona que te acompaña, que te observa y sonríe sin razón. Una mano que te acariciará siempre cuando tus ojos, cansados, se cierren lentamente en armonía con la energía que nos rodea. Vivir sensaciones y sentimientos nunca descubiertos, sólo leídos e imaginados en libros de aventuras y películas lacrimógenas. La felicidad no es sólo sonreír sin razón, que también lo incluye, pero es llorar y desgarrar tu corazón al sentir que esa persona sufre, que aquella persona te escucha, sabe que te tiene ahí y sabes que la tienes ahí. Felicidad es poder abrir tus temores y debilidades y sentirte más fuerte ante la mirada ajena, que ya no es ajena... Felicidad no es rutina, frialdad, desierto de emociones o continuidad sin obstáculos, sino una cordillera llena de altibajos que siempre acaban en un bello y tranquilo jardín inundado de mariposas y libélulas, olor a rosas, blancas, rojas, rosas y a jazmín, jazm
"Ma sarà troppo tardi; ed io me n'andrò zitto tra gli uomini che non si voltano, col mio segreto" - Eugenio Montale